Ya hace días que la primera fase beta de Destiny finalizó pero aún sigue dando muchos coletazos gracias al tremendo éxito que ha tenido y a las cifras mareantes que se han alcanzado. Es por ello que es una ocasión ideal para que compartamos con vosotros nuestras impresiones iniciales de su jugabilidad para que los que no habéis podido participar os hagáis una mejor idea de qué esperar. En concreto tuvimos la oportunidad de probar la beta en su versión para Xbox 360. Dicho esto, entremos en faena.
Todos llevábamos mucho tiempo esperando probar Destiny. Las premisas no eran pocas. Los creadores de la saga épica de Halo, una historia futurista en la que la humanidad pende de un hilo bajo la sombra de un misterioso satélite artificial llamado ‘El viajero’ bajo el asedio de incontables hordas de alienígenas dominados por una oscuridad ansiosa por devorar todo el universo. Sin duda, ingredientes suficientes como para ofrecer una historia épica y el potencial para ofrecer una jugabilidad inmersiva con mucha acción.
Lo primero que uno hace tras conectarse a los servidores de juego es, como no, crear un personaje. El editor de personajes es un tanto escaso para nuestro gusto. Nos encontramos ante 3 razas posibles: humano, awoken y exo. Los primeros pues son lo que ya imaginais. Los segundos son humanos de una estética inspirada en los elfos y vampiros. Mientras que los Exo son maquinas humanoides diseñadas para el combate. Tras una personalización bastante escasa pasamos a escoger nuestra clase de guardián entre las tres posibles: Titán (guerrero), Cazador (explorador) y Warlock (mago).
Ok, personaje creado. Hemos escogido un humano Titán. Ha llegado el momento de la verdad, el momento de descubrir nuestro destino… Bien aquí nos encontramos con la primera pega de Destiny. Y no es otra que si esperabais una introducción épica os llevaréis un chasco. Tras una breve intro de la historia del mundo de como se ha llegado a la situación en la que empieza la historia descubrimos que somos un guardián, resucitado por un Fantasma, una especie de IA del Viajero que cree que somos imprescindibles para hacer frente a la oscuridad. Lo de como nos ha resucitado y aparecemos con ropa y equipo tan normales después de, quien sabe cuanto tiempo muertos, lo dejamos para otros guionistas. No hay tiempo para preguntas, pues al momento somos consciente de que nos están persiguiendo los Caídos, una de las facciones hostiles del juego con lo que nos tocará recorrer las ruínas de un antiguo cosmódromo ruso en pos de una vía de escape.
Estas primeras secuencias de juego sirven a modo de tutorial para hacernos con los aspectos básicos del movimiento, combate y jugabilidad con el entorno. Así como ver como es la interacción básica de los enemigos y su comportamiento en grupo. Tras unas cuantas refriegas finalizamos esta parte con un combate con un poco más de emoción tras el que lograremos reparar una nave espacial y escapar hacia la última ciudad de la humanidad.
Una vez lleguemos nos encontraremos con el centro social de Destiny: La torre de los guardianes. Es el lugar donde podremos interactuar con otros jugadores principalmente así como comprar equipo y hablar con PNJ’s. Bueno, hablar, hablar, lo que se dice hablar no mucho. Aquí viene otro chasco, pues cuando llegas a esta zona y te ves con un marcador de misión que te guía hacia un personaje que se supone quiere hablar contigo, descubres que aquí las misiones carecen de diálogos tal cual. SImplemente se trata de interactuar con el PNJ, escoger la recompensa de turno y adiós muy buenas.
A pesar de este mal sabor de boca inicial las expectativas puestas en Destiny eran muy altas como para abandonar. Así que decidimos proseguir para lo cual nos montamos en nuestra nave para alcanzar la órbita terrestre y acceder así a nuevas misiones. En este sentido lo que podemos esperar son una serie de mapas principales, cada uno de los cuales ofrecerá diferentes misiones de la historia. En los primeros niveles todas las misiones tienen lugar en el antiguo cosmódromo ruso. Con lo que si estábamos esperando ver nuevos mapas con cada misión podéis olvidaros. Es evidente que Bungie apuesta fuerte por la rejugabilidad y sacar el máximo partido a cada mapa. Esto en un principio nos podría parecer negativo pero una vez nos lancemos a la acción veremos su sentido.
Una vez empecemos la misión nos damos cuenta que no vamos a estar solos. Los mapas son compartidos por diferentes jugadores de una forma similar al modo de multijugador abierto en Red Dead Redemption. Es por ello que, aunque nosotros tengamos nuestro objetivo predeterminado y debamos ir a una localización concreta, puede que nos crucemos con otros jugadores que nos ayuden o que sus acciones provoquen reacciones de las facciones hostiles que terminen por afectarnos a nosotros. Aquí es donde nos damos cuenta que Destiny es un juego diseñado desde la médula para ser disfrutado de forma cooperativa con amigos. A parte de las misiones de historia, tenemos la opción de ir al mapa sin misión de historia para estar a nuestro aire. En ese caso encontraremos balizas que nos darán misiones aleatorias así como eventos de zona aleatorios que requerirán de la cooperación de todos los jugadores para ser completados. Ejemplo de ello fue el descenso de un tanque de los caídos con sus tropas de apoyo en medio de la zona en la que estabamos haciendo misiones.
A partir de nivel seis se nos abre una nueva ventana de juego con la posibilidad de participar en arenas multijugador donde dos equipos de guardianes deben enfrentarse entre ellos. Dependiendo del mapa contaremos con vehículos y según completemos objetivos podremos tener acceso a las municiones especiales con las que usar nuestras mejores armas. Aquí la jugabilidad está más centrada a disfrutar de sesiones cortas de juego y centrarnos a luchar contra otros combatientes humanos.
La duda que se nos plantea es la capacidad de Bungie de ofrecer nuevos contenidos con suficiente cantidad para satisfacer el ritmo de juego de los jugadores sin abusar del reciclado de mapas y misiones. Y es que cada misión de la historia puede volver ser jugada en un nivel de dificultad mayor de la original para aquellos que busquen mayores retos. Sea como sea, según hemos ido jugando más, más nos ha gustado el juego y su jugabilidad, ya que realmente se tiene la sensación de estar jugando en un mundo vivo en el que las cosas no dejan de cambiar. Llegando a disfrutar de situaciones realmente épicas que si responden a las expectativas creadas.
Aun así no hemos hecho más que arañar la superficie de Destiny. Por el momento las impresiones que tenemos son las de encontrarnos ante una especie de híbrido entre Halo, la estructura de juego de Guild Wars 1 y el multijugador de Red Redemption. Todos ellos grandes títulos con muy buena jugabilidad. Quedará ver si Bungie es capaz de darle continuidad a un título tan ambicioso como Destiny sin sucumbir a las presiones y prisas de los jugadores por obtener contenidos originales a un ritmo adecuado. Por el momento la compañía ya ha anunciado sus planes para crear contenidos por diez años al menos. A pesar de nuestros chascos iniciales el producto completo nos merece darle una oportunidad y tener confianza en que cuando se lance Destiny podrá cumplicar con buena parte de las expectativas creadas. Aunque a decir verdad, esto solo el destino podrá confirmarlo o desmentirlo…
Pero bueno, para terminar os dejamos con las estadísticas de la beta de Destiny, que hablan por sí solas:
